- Buenos días - dijo el principito.
- Buenos días - dijo el mercader.
Era un mercader de píldoras especiales que aplacan la sed. Se toma una por semana y ya no se siente necesidad de beber.
- ¿Porqué vendes eso? - dijo el principito.
- Es una gran economía de tiempo - dijo el mercader -. Los expertos han hecho cálculos. Se ahorran cincuenta y tres minutos por semana.
- ¿Y qué se hace con esos cincuenta y tres minutos?
- Se hace lo que se quiere...
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"Yo - se dijo el principito -, si tuviera cincuentra y tres minutos para gastar, caminaría tranquilamente hacia una fuente..."
*
Imagen: La tartana fantasma - Salvador Dalí
3 comentarios:
Me has traido un bello recuerdo de un libro imperdible en mi vida,lleno de una sabiduría sencilla y no por eso menos potente.
Si tuviera 53 minutos??...mmmmmmmmmm...creo que correría...
Mariella
Gracias por tus palabras de ánimos, en mi blog,
Me gusto mucho esta entrada me recuerda algo…
Y mis 53 minutos…. Serian para volar lo más lejos posible
De la persona que me ata.
Un besazo
Hay placeres en la vida a los que no debemos renunciar, ese tiempo ahorrado puede servir para llevarnos al aburrimiento.
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