Te miro desde lo alto
donde hace años, persiguiéndote,
trepé con ansia de mi mismo
y de tu pelo movido por la brisa,
húmedo de humo,
herido de cenizas, cauto.
Temo tus ojos transparentes,
tu aroma, tu beso, tu distancia;
y acercarme, y tocarte con dos dedos
la cintura, escucharte el saludo
desdeñoso, amortiguado,
perdonando los pecados
de los que ya no te amamos.
Y te exíbes, y te rozas,
contoneas las caderas, retirando
el pelo de la cara, para que te mire,
para dejar claro tu poder,
de tus ocultos encantos clandestinos,
como una diosa te hiergues
lanzando el veneno de tus labios.
Verte de nuevo me fascina,
pero carga mis hombros,
cansa mi alma.
Steve
6 comentarios:
Verte de nuevo me fascina .... me a un alto precio. Mucha sensualidad y deseo encápsulado reflejan hoy tus palabras... me gusta. Un beso de agua
El amor es tan caprichoso que a veces juega y nos desarma, nos atrapa, aunque nos duela en lugar de reconfortarnos.
"verte de nuevo me fascina, pero carga mis hombros, cansa mi alma"...
Besos
A veces es una liberación, ver a la persona que un día fue amada y ya no sentir ese amor, aunque siga existiendo la atracción.
Como siempre, eres un genio expresándote.
Muchos besos
Veo que por fin te sientes liberado, amigo.
Tu poema es una maravilla y permite que te diga que sigue siendo fascinante leerte
Besos cielo
Vaya que tiene poder....
disfruta el verla de nuevo, más...levanta la mirada...Tu Eres GRANDE!!!
y cuando ella en verdad vea quien eres, será de otra el alma cansada.
Besos
Qué difícil momento si todavía sentís algo, la carga de tus hombros es el desencanto ante lo superficial de su querer.
Un beso
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