Los enanos se reunieron junto a la chimenea. Estaban todos realmente enfadados, sobre todo Gruñón…
- ¿Y quién es ese Príncipe Azul o como se llame el guaperas ese para venir a hora, con sus manos limpias, a llevarse a Blancanieves de aquí, eh?
- Vamos a tranquilizarnos un poquito – dijo Sabio – y pensar bien las cosas.
Dormilón pidió que se dieran prisa, pues se estaba quedando dormido. Mocoso estornudó cinco o seis veces. Sabio continuó hablando:
- ¿Quién ha querido más a Blancanieves que nosotros? ¿Quién la protegió ocultándola en el bosque, quién la acogió en su casa, quién se enamoró perdidamente de ella? ¡Nosotros! Es cierto – dijo – que fuimos nosotros quienes dejamos sola a Blancanieves cuando vino la madrastra con la manzana. Pero también es cierto que si nosotros, cuando la creímos muerta, la hubiéramos enterrado, él no hubiera podido llegar hasta ella, besarla y tener la suerte de despertarla. ¡Quién se podía imaginar que besándola se despertaría! Parecía tan muertecita la pobre… Además, estábamos trabajando en la mina. No como ese Azul, al que no se le conoce oficio ni beneficio… ¿Qué vida le espera a Blancanieves con un hombre así?
Los siete aplaudieron las palabras de Sabio. Siempre hablaba con sabiduría, siempre sabía exponer las razones más convincentes con las palabras más apropiadas… por eso era su líder. Gruñón volvió a tomar la palabra:
- Bien, pero entonces que hacemos – dijo agitado - ¿Nos quedaremos de brazos cruzados?
Tímido fue el que susurró quedamente, muy bajito, estas palabras:
- Yo creo que tengo una buena idea, si os parece bien… ¿Aún tenemos los restos de la manzana envenenada de la madrastra?
Y escuchado el plan de Tímido votaron. Todos salvo Bonachón, que se escandalizó, y Mudito que no dijo nada, aprobaron la idea de su compañero y se pusieron manos a la obra. Prepararon una exquisita y abundante comida de despedida para Blancanieves y el Príncipe Azul. Cantaron, bailaron, dejaron que ella les diera muchos besos de despedida, muchos… y prepararon el postre favorito de Blancanieves….
- ¿Y quién es ese Príncipe Azul o como se llame el guaperas ese para venir a hora, con sus manos limpias, a llevarse a Blancanieves de aquí, eh?
- Vamos a tranquilizarnos un poquito – dijo Sabio – y pensar bien las cosas.
Dormilón pidió que se dieran prisa, pues se estaba quedando dormido. Mocoso estornudó cinco o seis veces. Sabio continuó hablando:
- ¿Quién ha querido más a Blancanieves que nosotros? ¿Quién la protegió ocultándola en el bosque, quién la acogió en su casa, quién se enamoró perdidamente de ella? ¡Nosotros! Es cierto – dijo – que fuimos nosotros quienes dejamos sola a Blancanieves cuando vino la madrastra con la manzana. Pero también es cierto que si nosotros, cuando la creímos muerta, la hubiéramos enterrado, él no hubiera podido llegar hasta ella, besarla y tener la suerte de despertarla. ¡Quién se podía imaginar que besándola se despertaría! Parecía tan muertecita la pobre… Además, estábamos trabajando en la mina. No como ese Azul, al que no se le conoce oficio ni beneficio… ¿Qué vida le espera a Blancanieves con un hombre así?
Los siete aplaudieron las palabras de Sabio. Siempre hablaba con sabiduría, siempre sabía exponer las razones más convincentes con las palabras más apropiadas… por eso era su líder. Gruñón volvió a tomar la palabra:
- Bien, pero entonces que hacemos – dijo agitado - ¿Nos quedaremos de brazos cruzados?
Tímido fue el que susurró quedamente, muy bajito, estas palabras:
- Yo creo que tengo una buena idea, si os parece bien… ¿Aún tenemos los restos de la manzana envenenada de la madrastra?
Y escuchado el plan de Tímido votaron. Todos salvo Bonachón, que se escandalizó, y Mudito que no dijo nada, aprobaron la idea de su compañero y se pusieron manos a la obra. Prepararon una exquisita y abundante comida de despedida para Blancanieves y el Príncipe Azul. Cantaron, bailaron, dejaron que ella les diera muchos besos de despedida, muchos… y prepararon el postre favorito de Blancanieves….
¡¡TARTA DE MANZANA!!
Han podido aprovechar la urna de cristal para volver a colocar a Blancanieves, eso si, ahora encerrada bajo siete llaves para que ningún otro desaprensivo guaperas pueda verla, besarla y querer llevársela.
¿El Principe Azul? En el mejor sitio que puede estar: trabajando duro en la mina, manejando un pesado pico, encadenado para que no pueda escapar, aunque anda enamorado de Mudito, que fue al que le tocó en suerte darle el beso para despertarlo.
Y fueron felices y comieron perdices... más o menos.
STEVE
8 comentarios:
Jejejejeejejjeej
Dios!!!! Que destrozo de cuento.. Jejejejeejejjeej
Pero me encanta que el príncipe este donde tienen
que estar todos los que nos llegan con falsos besos
Y promesas de despertar tu alma.
Me quedo con el enanito sabio!!!!
Bueno hoy me quedaría con cualquiera menos con el príncipe.
Gracias, por hacerme reír en un día gris.
Querido Steve.
besoss
ole ole y ole..este cuento me gusta mas, se asemeja mucho mas a la realidad jaja.
Gracias por hacerme sonreir.
Un besito y una estrella.
Mar
Eres genial.....me has dado una que otra idea jeejjeje...me lelgaron a salir cuernitos de diablita jejje...Buena versión ,me encanto...
Un abrazo....
Mariella
Gracias, querido Steve, por tu felicitación
No es que no lo celebres si no que, desde que murió mi padre
Hace 16 años, que era el que se acordaba de mi santo
Nadie más me ha felicitado.
Gracias, por ese detalle cuando digo que eres único…
Lo que me entristeció es lo de la navidad, y tu soledad.
Nada este año mi primer brinde es para ti.
Así que si sientes algunas cosquillas es Lucia, que
Intenta hacerte reír.
Mientras esta en la cena en casa de mamá, siendo una damita buena….
Un beso grande amigo
Y de nuevo gracias.
Ya decía yo que eso de comer perdices.....
Ahora lo entiendo. No es oro todo lo que reluce. Ese principe no tenia corona, solo queria que Balancanieves le hiciera la comida y le limpiara la casa. Menos mal que los enanitos lo descubrieron a tiempo. Si es que los hombres.....
Me has alegrado el dia. Un saludo.
jejeje... muy gracioso, si.
Y me ha dado por pensar en cuantas veces rechazamos algo que tenemos cerca, que nos cuida, se preocupa por nosotros mientras nos encaprichamos por el/la primer@ con chupa de cuero que pasa por delante y sin querer hacemos dano a esos pequeños enanitos.
Yo misma me he sentido "enanita" muchas veces, simplemente estas ahí pero no te ven...
Después de todo este rollo qu no sé ni lo que he querido decir con ello, jeje me gusta "después de.."
MUACK!!
hay bellezon que me has hecho reir con eso de GUAPERAS!!!!
QUE COSAS SON ESAS...
TU ME SALES CON UN GUAPERAS Y YO CON UN ZAPATO...
ME ENCANTO LA HISTORIA YA ME PARECIA RARO QUE LOS 7 ENANOS SEAN TAN BUENA GENTE!
JAJAJAJAJJAJAJJAJAJ
BESINES Y MAS BESINES....
:)
ESPERO QUE ESTES CON LA SONRISA DE OREJA A OREJA!
CHAO BELLEZON!
Jajajajaja... para que luego digan de mis versiones de los cuentos... anda que la que has líado tú :D
Besos
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