No se que me pasa esta mañana. Será que es Domingo y estoy trabajando... Será que no dormí bien anoche y te eche de menos... Será la mañana que vino así, como descolorida. Pero se que el silencio al mi alrededor se está convirtiendo en un ruido ensordecedor. Se que no estoy loco y, sin embargo, oigo voces a mi alrededor. Voces conocidas de antiguos, amigos, de viejos amores teñidos de sepia, de gente que un día pasó por mi vida y ya no están, algunos ni siquiera están en la vida.
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Quizás sólo esté harto de ser yo mismo y busque prolongarme en el tiempo y en el espacio. Quizás busque el descanso de mi atormentada alma, de mi atribulado cuerpo. Un descanso largo; ingenuo; casi infantil; eterno.
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No hago otra cosa ya que caminar sin destino. Pasear de un lado a otro como un viejo león enjaulado. Me asustan las caras, las voces, la música... los sonidos. Tengo miedo. Miedo hasta de tus manos subiendo por mi cuerpo, de tus labios sembrándome besos de pasión. Eres fuerte y decidida, como una diosa...
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La niebla comienza a invadir el monte, el valle, mi alma. Llena de humedad mis huesos, de vacío mi mente, de oscuridad mis ojos. Y nada parece ya nada, pero todo lo intuyo, todo lo esquivo...
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Tal vez llegó, otra vez, el tiempo de esconderse, de cerrar puertas y ventanas, de exiliarse al mundo de los sueños, de hacerse pequeño, muy pequeño, invisible,,, naufragando.
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STEVE
2 comentarios:
Llegué hasta aquí a través de un blog amigo.. yy bueno, que ha sido precioso leerte, un placer;)
Un saludo desde Mallorca
Creo que todos escuchamos esas voces en dias oscuros, que yo tambien me hago pequeñita en ocasiones, pero lo bonito es encontrar el modo de volver a hecerme grande y quedarme con algo nuevo de mi aprendido.
Un besito steve me encanto tu post
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