Me ha costado encontrar aparcamiento cerca de casa. Ya son las 23:45 h. Estas horas de llegar, este trabajo… mi mente está agotada y mi columna vertebral grita pidiendo descanso. Es la nueva enfermedad del siglo XXI, la Hipoteca.
La calle está a oscuras, demasiado a oscuras. Parece que la tormenta que ha atravesado de parte a parte la ciudad ha llenado el ambiente de electricidad y desconectado las farolas. Es curioso. Cuanto mas aparato eléctrico trae una tormenta, menos electricidad deja en una ciudad… Hay apagón… Ahora siete pisos andando. Justo lo que le faltaba a mi cuerpo, subir escaleras.
A tientas y quemándome los dedos con el mechero, llego al piso. Busco con dificultad las llaves. La puerta no está cerrada. Alguien ha cometido un fallo. A veces Lucía olvida cerrar la puerta. Tendría que hablar con ella, pero no tengo ganas, ni fuerzas… mejor dejarlo.
El apagón sigue. Demasiado cansado para buscar una vela, decido ir directamente a la cama. Me desnudo y entro en el refugio del edredón buscando esa sensación de relax, estirando todos mis músculos.
Lucía no llega. Las 00:30 h. Trabaja demasiado. Ese contrato que tiene le obliga a trabajar demasiado. Ese contrato basura está afectando a nuestra relación. No imaginamos la vida así. Queríamos vivirlo todo, hacerlo todo juntos, compartir cada minuto de nuestra relación. Y en cinco años cada vez estamos más lejos el uno del otro. Nos vemos poco, muy poco. Así no podemos hacer casi nada juntos. Pero nos hemos metido en un mar de recibos por pagar que tiene que ser así…Ruido de puerta. Llegó Lucía.
La oigo desnudarse a oscuras y en silencio. No tengo ganas de hablar. Afortunadamente ella tampoco tiene ganas de hablar y se mete en la cama. Alargo mi brazo y la estrecho dulcemente. Ella entiende mi mensaje. Nos llenamos de besos, de caricias y hacemos el amor desenfrenadamente, con pasión. Se cumple el tópico de “sobran las palabras” más por cansancio que por convicción.
Tras el deseo… silencio, descanso, sueño.
Amanece en la ciudad. La claridad comienza a vencer a las sombras de la noche y del apagón. Los primero rayos de sol me despiertan. Parece que hoy va a ser un bonito día de primavera. Me desperezo en la cama. Me levanto en la penumbra y subo la persiana.
Son las 7:45 h y aquella no es mi casa… este no es mi dormitorio. No quiero ni mirar, porqué seguro que entonces ese cuerpo en la cama no es el de Lucía.
Debería pensar seriamente en el tipo de vida que llevo, pero eso puede esperar. Ahora debo concentrarme en salir de aquí de la forma más rápida y silenciosa que pueda.
La calle está a oscuras, demasiado a oscuras. Parece que la tormenta que ha atravesado de parte a parte la ciudad ha llenado el ambiente de electricidad y desconectado las farolas. Es curioso. Cuanto mas aparato eléctrico trae una tormenta, menos electricidad deja en una ciudad… Hay apagón… Ahora siete pisos andando. Justo lo que le faltaba a mi cuerpo, subir escaleras.
A tientas y quemándome los dedos con el mechero, llego al piso. Busco con dificultad las llaves. La puerta no está cerrada. Alguien ha cometido un fallo. A veces Lucía olvida cerrar la puerta. Tendría que hablar con ella, pero no tengo ganas, ni fuerzas… mejor dejarlo.
El apagón sigue. Demasiado cansado para buscar una vela, decido ir directamente a la cama. Me desnudo y entro en el refugio del edredón buscando esa sensación de relax, estirando todos mis músculos.
Lucía no llega. Las 00:30 h. Trabaja demasiado. Ese contrato que tiene le obliga a trabajar demasiado. Ese contrato basura está afectando a nuestra relación. No imaginamos la vida así. Queríamos vivirlo todo, hacerlo todo juntos, compartir cada minuto de nuestra relación. Y en cinco años cada vez estamos más lejos el uno del otro. Nos vemos poco, muy poco. Así no podemos hacer casi nada juntos. Pero nos hemos metido en un mar de recibos por pagar que tiene que ser así…Ruido de puerta. Llegó Lucía.
La oigo desnudarse a oscuras y en silencio. No tengo ganas de hablar. Afortunadamente ella tampoco tiene ganas de hablar y se mete en la cama. Alargo mi brazo y la estrecho dulcemente. Ella entiende mi mensaje. Nos llenamos de besos, de caricias y hacemos el amor desenfrenadamente, con pasión. Se cumple el tópico de “sobran las palabras” más por cansancio que por convicción.
Tras el deseo… silencio, descanso, sueño.
Amanece en la ciudad. La claridad comienza a vencer a las sombras de la noche y del apagón. Los primero rayos de sol me despiertan. Parece que hoy va a ser un bonito día de primavera. Me desperezo en la cama. Me levanto en la penumbra y subo la persiana.
Son las 7:45 h y aquella no es mi casa… este no es mi dormitorio. No quiero ni mirar, porqué seguro que entonces ese cuerpo en la cama no es el de Lucía.
Debería pensar seriamente en el tipo de vida que llevo, pero eso puede esperar. Ahora debo concentrarme en salir de aquí de la forma más rápida y silenciosa que pueda.
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STEVE
Basado en un relato de Driver (Diego), un antiguo amigo.
8 comentarios:
la hipoteca no es sólo dinero... te hipotecan la vida completa
una forma de vida curiosa la que subyace en el fondo de la hipoteca: el nuevo Fausto o cómo vender tu alma al capital
saludos
bueno cada quien es cartonero de su suerte....y eso de la hipoteca es una cruz de hierro y unos cuantos latigazos....sumado a una corona de espinas...y encima un tropezon...imaginao lo que seria....(trato de ponerle un poco de humor...)
hermosamente relatado..........
una vez mas...divino...
besines ... :)
Esa es realamente la vida que llebamos todos, se nos pasan los dias sólo pensando en trabajar para poder sobrevivir, para poder pagar.
Afortunadamente hay momentos en los que borramos todos esos problemas y nos dedicamos un tiempo para nosotros, un tiempo para disfrutar de los que realente es importante.
Me ha gustado.
Besos
Así que... te acostaste con la vecina??¿
:D:D
jejejejeejej que bueno eres, mira que ir a equivocarte de casa ;), que lindo.
Pasa cuando puedas por mi pequeño mundo, tengo un regalito para ti con todo mi cariño y un abrazote
A veces la realidad nos da matices que la imaginación ya quisiera.....lo siento pro Lucía por que se perdió no sólo uan buena noche...sino a ti..
Si hazte ver...no s epuede seguir asi...
Mariella..
Hola!!!!
Gracias por pasarte por mi blogg yoementar.
Tu tsxto esta genial y super interesante.
quetengas una excelen semana!!!!
un beso y bezasos!!!
ciao
Anny.
Jajajajajaja... ¡Bravo! ¡Bravo! ¡Me ha encantado este relato y me ha encantado sorprenderme con el final!
Me quito el sombrero :D
Besos
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