EL DOCTOR

- Vamos Fran. Soy médico. Puedes decirme las cosas claritas

.

- Aquí tienes los resultados de las pruebas, Luis. Puedes verlo tu mismo - dijo mientras le alargaba una carpeta con su nombre en la etiqueta.

.

- No hay duda entonces, ¿verdad Fran? Es Cáncer... ¿cuanto tiempo me queda?

.

- Entre tres y seis meses. No lo hemos pillado a tiempo. No sabes cuanto lo siento Luis. Hemos repetido las pruebas dos veces, pero el resultado es el mismo...

.

- No te preocupes, amigo. Esto es así... Ya sólo me queda hacer una cosa

.

- ¿Estas decidido?

.

- Si. Decidido. Ya sabes que siempre lo hemos hablado. No tengo valor para enfrentarme a esta enfermedad. He visto a demasiadas personas morir de Cáncer, agonizar día tras día, sin esperanza...

.

- ¿No puedo hacer nada para que cambies de opinión? Es terrible. Piensa en tu mujer, tus hijos....

.

- Precisamente por eso lo hago. Por Carmen y los niños. Quieres que me vean morir entre morfina y vómitos? ¿Quieres que me muera viendo su sufrimiento todos los días? No... está decidido. Cogeré mi coche, iré a la autopista y me meteré debajo del primer camión que encuentre. El resultado será el mismo, mi muerte, pero me ahorraré, les ahorraré, meses de angustia y de sufrimiento.

.

Luis miró a su amigo Fran y le extendió la mano a modo de despedida.

.

- Adiós Fran. Gracias por tu amistad.

.

Luis salió de la consulta de su amigo directo a su Mercedes. No se quitó ni la bata blanca de médico. Cogió la autopista. Conducía rápido, muy rápido. Vio a lo lejos un trailer que se movía lento, pesado, por la autopista. Aceleró el coche y... El impacto fue brutal. Luis explotó por dentro.

.

- - - - - - - - - - - - - - - - - -

.

En su consulta Fran guardaba el resultado de las pruebas en la carpeta de otro enfermo, mientras sacaba del cajón de su mesa los verdaderos resultados de las pruebas de Luis y lo metía en la carpeta con su nombre en la etiqueta. Las pruebas demostraban que Luis tenía una salud de hierro.

.

Descolgó el teléfono y llamó a Carmen, la mujer de Luis.

.

- Si, cariño, todo a ido muy bien. Si conocemos realmente a tu marido a estas horas ya debe de haberse suicidado contra un camión - explicó - No, no sospechó nada... al contrario, me agradeció mi amistad.

.

Al otro lado del teléfono se oyó como una risa se iba tornando en carcajada.

.

- Si, Carmen, si. Disfrutaremos ahora de nuestro amor... y del dinero del seguro.

.

STEVE